lunes, 7 de diciembre de 2020

El fantasma de la libertad

Benito inventó a Fortunata para poder soñar con ella, le creó un rostro gracioso, cabello moreno y un cuerpo de escándalo. Para hacerla más humana la situó en una corrala y le dio una vida miserable.

Cuando acabó de imaginarla fue a la corrala, preguntó por ella y la encontró, a medio camino de algún episodio, en las escaleras de madera. Llevaba un pañuelo en la cabeza y un mantón sobre los hombros. 

Galdós quedó impresionado por su obra, no supo qué decirle y, en un ataque de torpeza, le pidió matrimonio. Por suerte, Fortunata era una mujer sin ataduras. 


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