viernes, 25 de enero de 2019

Memorias de Samuel


Memorias de Samuel (Fragmento)

Desde hace dos meses Samuel no ha vuelto por el vertedero.
Todas las mañanas, antes de que el primer rayo de sol aparezca por el este e ilumine la montaña de basura dándole un tono rojizo, el grupito que acompañaba a Samuel sigue llegando al vertedero, corriendo hacia el último montón formado por la basura que esa misma noche han arrojado los camiones y comenzando a rebuscar con sus palos.Los primeros días todos preguntaban por Samuel, sobre todo Lina, una muchachita de catorce años recién cumplidos, con su carita blanca de muñequita, como las señoritas del centro de La Paz o de Santa Cruz. Lina piensa a todas horas en Samuel, cuando recoge frascos de perfume a los que les quita las inmundicias pegadas, o pequeñas baterías, o juguetitos japoneses o, si hay mucha suerte, un reloj con la esfera resquebrajada.


Publicado en IX Concurso de relatos y viajes solidarios. Lo vives lo cuentas. Fundación Juan Bonal.


domingo, 13 de enero de 2019

Niños y libros

Excusas de mago

Quizás me entienda mejor si le digo que mi hermana pequeña se llama Alicia, como la niña de Lewis, mi hermano mayor Tom (igual que el chico del Mississippi) y al pequeño, claro está, le pusieron Nicolás. También a mi madre la llamaron Celia, como a la ingeniosa niña de Elena Fortún, y a mi padre, que no iba a ser travieso, le pusieron Daniel...


Si nos alejamos en el tiempo puedo decirle que mis dos abuelas llevan por nombre Blanca y Nieves, que uno de los abuelos se llama Arturo, como el rey amigo de Merlín, y el otro Juan, igual que el campesino que desconocía el miedo.


Todos han recibido en su carácter algo de los personajes con los que comparten nombre, y todos han sido, y son, felices en su mundo. Así pues, comprenderá señor profesor, que no me guste venir al cole, que no me aprenda esas asignaturas tan aburridas, entenderá que no puedo desaprovechar mi tiempo con tantas cosas por imaginar y tantos conjuros que ensayar. Deberá hablar con mis padres para que le expliquen por qué nunca hago los deberes, son ellos los verdaderos culpables, los que tuvieron la buena idea de llamarme Harry.


Seleccionado en el III Concurso de Microrrelatos del Hotel Montreal