lunes, 26 de abril de 2021

Julia y el amor

Aquel día los relojes de Madrid corrieron veloces, como si la felicidad les diera cuerda. La tarde pasó como pasa un sueño. Por la noche supe que mi mundo había cambiado, que yo ya no era yo.

Empecé a vivir en medio de una sensación de irrealidad. Cada día iba a buscar a Julia a la facultad de Medicina. Ella bajaba las escaleras agarrada a una carpeta marrón. Yo la esperaba impaciente contando los escalones. Juntos descubrimos grandes cosas, como que los cielos de Madrid eran los mismos que aparecen en los cuadros del Prado y le daban a la ciudad un aire de irrealidad y a nosotros un soplo de ausencia.
Llegué a creerme que aquello era verdad.

Caminamos mucho, comimos bocadillos en las peores tascas de Madrid, visitamos a amigos que querían cambiar el mundo a golpes de periódicos ilegales y octavillas llamando a la insurrección. Yo los miraba como se mira a los niños la mañana de Reyes, y cada noche subía, y cada mañana bajaba, las escaleras de su piso en un eterno retorno mucho antes de saber qué era eso, antes de saber nada de nada.

Julia y el amor (Fragmento)

Finalista del Concurso de Relatos Cortos "Horizonte Republicano", Podem Castelló.