jueves, 30 de junio de 2016

Hotel, dulce hotel

La teoría del caos

Mi nombre es Joaquín y he trabajado durante diez años como encargado de mantenimiento en un hotel junto a la playa.
Durante todo este tiempo no ha sucedido nada especial, pero el verano pasado me dio por cambiar algunas cosas en mi trabajo. Dicen que si una mariposa mueve las alas en Hong Kong puede provocar un terremoto en Nueva York, pues bien, durante el mes de septiembre yo me he dedicado a provocar terremotos.

Comencé con la luz eléctrica, estarán conmigo en que dejar las habitaciones a oscuras puede traer consigo un sinfín de posibilidades. Durante una semana dejé sin luz a todas las habitaciones pares, la semana siguiente hice lo mismo con las impares y la tercera provoqué un apagón general todas las noches a las doce en punto.
Les aseguro que hubo de todo, llamadas de protesta, golpes, chillidos, también se denunciaron dos robos el primer día y seis el día del apagón total. Una anciana dijo haber perdido a su marido y varias personas quedaron atrapadas en el ascensor, entre ellas una pareja de desconocidos que, cuando fueron rescatados, retozaban en el suelo.
No quiero entrar en detalles, pero el simple manipulado del cuadro de luces provocó un cambio en el destino de varios huéspedes y probablemente en la vida de todos nosotros, a mí, por ejemplo, me echaron de mi trabajo.
Espero que esta carta de presentación sirva para que me contraten en otro hotel. Me quedan tantas vidas por cambiar…



domingo, 19 de junio de 2016

Historias del mundo flotante

I Concurso Literario de la Asociación Japón: Historias del Mundo Flotante

LA CARTA (Fragmento)


Aquí el aroma es muy distinto, querida, es el perfume de la guerra, de la fuerza descomunal y pueril de nuestro ejército imperial, de las voces afectadas de los generales, de los ojos de terror de nuestros soldados y de los otros, los soldados temerosos del ejército chino que caen a tierra como cedros talados de forma precoz. Te puedo asegurar, querida, que puedo ver en sus ojos su destino truncado, las mañanas en las que no despertarán, las jovencitas anónimas a las que dejarán viudas antes del matrimonio, los hijos no nacidos, los que nunca tendrán nombre, los que ya les reprochan su muerte prematura.