Lunas y leones (Fragmento)
A
veces, muchas veces, nos ayudaban mis abuelos, el pobre abuelo Francisco que
había sido guardagujas en la capital antes de la guerra y la abuela Carmen, con
seis hijos, con dos de ellos perdidos en el Alto de los Leones. Siempre me
quedó ese nombre dentro, como un espacio irreal, un paisaje de pesadilla con
fieras persiguiendo soldados con los uniformes rotos.
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